Hace un par de semanas, Cristina, una directora de una importante empresa financiera me hizo el siguiente comentario acerca de una compañera, también directora en la misma empresa; y cito textualmente:

“hay que ver la suerte que tiene Susana a la hora de contratar. Sus últimas 5 incorporaciones son personas verdaderamente fuera de serie. A mí, sin embargo, muchos me salen rana; pero ¿qué hago yo mal?…

Mi respuesta a Cristina fue que, probablemente, no es solo una cosa la que hace mal. Después de un par de horas de conversación y de preguntarle qué y cómo hacia para llenar una vacante validé mis sospechas. Cristina era una experta en contratar falsos positivos.

Recordemos que un FALSO POSITIVO es aquel candidato que contratamos porque parece muy bueno y resulta no serlo. Es decir, nos sale rana.

Existen muchas cosas que se pueden hacer bien (o mal) a la hora de cubrir una vacante; ya sea para sustituir a alguien que ha dejado la empresa o por simple crecimiento del equipo, como puede ocurrir por tener una excesiva carga de trabajo o por tener que asumir nuevas funciones.

En línea con el título de este artículo, veamos seis de las cosas mal hechas; los seis errores para mi más evidentes:

1. No tener un proceso robusto y riguroso para contratar

La idea detrás de este error es que, el tener y seguir un método o “rutina”, nos permite enfocarnos en las cosas correctas y en el momento correcto. Además, un proceso es repetible, enseñable, medible y, quizá lo más importante, mejorable.

2. No tener un buen “banquillo”

Los mejores directivos siempre tienen a una o varias personas “listas” para cubrir cualquier vacante en tiempo récord. No solo tienen una excelente red de contactos internos y externos, sino que también la cuidan y actualizan con frecuencia.

3. No conocer el puesto de trabajo

Una cosa que se puede asegurar acerca del trabajo en el siglo XXI, es que es -y será- tremendamente cambiante y dinámico. Muchos empleos de hoy no existirán en pocos años y muchos de los que habrá, aún no han sido inventados. Es por ello que la formación y el desarrollo cobran capital importancia para mantener el puesto de trabajo actualizado.

4. No dedicar tiempo a la preparación de las preguntas

La principal herramienta que tenemos para contratar a alguien es la entrevista. No importa si dejamos el proceso en manos de un head-hunter o si se gestiona internamente en la empresa. Siempre entrevistamos. Y las entrevistas están hechas de preguntas y las buenas preguntas tienen un objetivo y se deben preparar.

5. No indagar en las respuestas

Cada pregunta que se realiza a un candidato debe tener una intención muy concreta y debemos saber buscar y detectar los signos positivos para el puesto de trabajo. También es clave saber observar las señales de alerta que nos transmite el entrevistado. Un caso típico es cuando un candidato dice: “…entonces decidí hacer lo siguiente…”, afirmación ante la que no debemos suponer que el entrevistado toma sus decisiones por las mismas razones que las nuestras.

6. No tener en cuenta el “encaje” en el equipo

He aquí “un clásico”; se incorpora una persona al equipo que es técnicamente perfecta y, ya sea por personalidad o por comportamientos, no genera ni mantiene una buena relación con uno o varios de sus compañeros. Por el contrario, se sabe que cuando los otros miembros de un equipo avalan -o al menos no vetan- al candidato, sus posibilidades de éxito crecen.

Seguro que hay más errores que cometemos a la hora de seleccionar personal y que también nos llevan a los comentados falsos positivos, pero estoy convencido que, empezando por no cometer estos seis, vamos a incrementar mucho nuestro porcentaje de acierto; algo fundamental en el difícil mercado de hoy que no nos permite tropezar. Además, y para mí más importante aún, detrás de cualquier incorporación de una persona a una nueva compañía hay muchas ilusiones que estos errores pueden truncar. No permitamos que ocurra.

Autor: José Luis González –  Director de training en MRC International people training