Hace unos meses, el director de RR.HH. de una empresa me comentó que se habían disparado los accidentes (ictus, infarto, bajas ansiedad, etc.,) y me pedía para resolverlo una “Charla sobre estrés”.

De entrada, quiero recordar que un cirujano digestivo que dejó el ejercicio de la medicina y comenzó a dar conferencias y escribir libros sobre temas emocionales, nos decía que realmente había concluido que en la cirugía se resuelven los síntomas, pero las verdaderas causas de la enfermedad siguen latentes sin resolverse.

Observo, por otra parte, que en las Organizaciones están muy preocupados por el estrés y unido a la corriente de búsqueda de “la felicidad”, incorporan actividades (yoga, mindfulness, risoterapia, etc.,) que “generan un cambio positivo momentáneo en la actitud o en el estado físico y psíquico de las personas, pero las causas no desaparecen”.

Para mí, el problema es muy serio… Según Europa Press:

“La OMS señala que en 2020 la ansiedad y la depresión serán el primer motivo de baja laboral a nivel mundial, “como una epidemia.

Bob Chapman uno de los mejores CEOs de EE.UU., autor del libro “Todo el mundo es importante”, señala que el 74% de las enfermedades crónicas están relacionadas con el estrés en el trabajo y que el 20% de los infartos se producen los lunes por la mañana de vuelta al trabajo.

En España, el INE, indica que más del 60 % de los españoles sufre algún tipo de estrés en el entorno laboral, problema que repercute en las empresas reduciendo la eficacia de sus equipos y por lo tanto sus resultados.

Pero también afecta a la economía del país; según Nascia (red de centros de tratamiento del estrés), el estrés es la causa de un 30% de las bajas laborales, lo cual equivale a un 7% del PIB español. Actualmente sólo un 37,3% está satisfecho con su nivel de conciliación, aunque hay un 91,1% de los españoles que considera “importante conciliar la vida laboral con la familiar”.

“Se palian los síntomas, pero no las causas”

Las principales causas de presión a las personas son (fig. adjunta): Empresariales (Exigencias, Control, Cultura, Clima, Relaciones, Métodos directivos, Falta de Apoyo y Reconocimiento, etc.,). Estas fuentes de presión interactúan con factores Personales (como se asumen los cambios, nuevas técnicas, competencia laboral, estilo de vida, etc.,) y generan: Alta o Baja Energía/Resiliencia y como consecuencia Resultados positivos o negativos.
Para resolver las causas propongo entonces un proceso de inmersión que conlleve el compromiso y la Responsabilización de todos los actores de la Organización:

1. De los empleados: Para proteger y mejorar su propia salud y resistencia e influir positivamente en sus compañeros de trabajo.
2. De los directivos: Para reducir el riesgo de que los empleados se expongan a factores de estrés en el trabajo y a fomentar tanto la energía individual como la organizativa.
3. De los Departamentos de Salud y de Recursos Humanos: Para la detección, seguimiento, apoyo, dotar de herramientas, evaluación, etc.

En definitiva, para mejorar la resiliencia del equipo hay que centrarse tanto en los factores organizacionales que refuerzan o perjudican la Energía (columna izquierda) y, al mismo tiempo, los que fortalecen o debilitar la energía Individual (columna centro).

Las empresas, además de ofrecer apoyo a las personas para mejorar su salud y bienestar, deben estar verdaderamente comprometidas en proporcionar un entorno de trabajo productivo, saludable y seguro a sus empleados, que les permita desarrollar una buena salud física, emocional y psicológica y por lo tanto que resulte alentador, inspirador y enriquecedor (generador de felicidad).

Ese entorno de trabajo tiene que satisfacer: las necesidades personales y los objetivos empresariales fortaleciendo: la salud y el bienestar individual y de la mejora de los procesos/métodos de trabajo. Para ello mi enfoque se centra en:

A. Identificar los factores organizacionales que “refuerzan o perjudican” la resiliencia.
B. Reforzar comportamientos y prácticas que mejoran la resiliencia; y
C. Eliminar o minimizar los factores organizacionales que deterioran la resiliencia.

El Método de los 5 Pasos:

1. Preparación y compromiso del equipo
Alta Dirección, RR.HH., Dpto. Salud, Directivos, Responsables y Colaboradores.

2. Evaluación
Para determinar los riesgos y causas principales del estrés de la organización (hastío, conflictos personales, laborales, tensiones, procesos inadecuados, etc.,) y compromisos para tomar medidas preventivas, de control y de corrección.

3. Planificación de acciones
Para reforzar las conductas que tengan un impacto positivo en la energía del individuo y en los resultados de la empresa. Reducir y controlar los riesgos, elaborar modelos de conducta que aumenten la resiliencia y el bienestar de los individuos y de la empresa.

4. Ejecución
Los directivos y sus colaboradores trabajarán conjuntamente para poner en marcha el plan de acción.

5. Evaluación y comunicación
Implantación de métodos que aseguren la responsabilidad en los resultados y fomenten un subsiguiente compromiso: ¿quiénes comparten la responsabilidad de crear un entorno de trabajo dirigido a la salud y la resistencia? ¿cómo asegurar su cumplimiento?, etc.,

Con este método pretendemos conseguir:

Mejorar el Entorno laboral: Fortaleciendo los factores tangibles e intangibles de dirección, desarrollo profesional, relaciones, control, demandas y métodos laborales, normas culturales así como el entorno físico de trabajo.

Aumentar la Energía: Capacidad de salir adelante, personal y/o profesionalmente, cuando estamos sometidos a una gran presión, a un ritmo vertiginoso y a un entorno continuamente cambiante.

Y en último lugar pero no menos importante, dar prioridad a la Salud para obtener el bienestar físico, mental y emocional.

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Autor: Daniel Olivera –  Socio Director en MRC International people training