Bienvenidos a MRC International Training

Somos una empresa con más de 32 años de experiencia en entrenamiento y desarrollo profesional.

Especialistas en multiplicar los resultados de las organizaciones a través del crecimiento del potencial de las personas y la mejora de sus relaciones.

Somos entrenadores pero no, necesariamente, los mejores jugadores.

Nuestra filosofía no es la imposición dogmática por un gurú de una colección de teorías y recetas de actuación infalibles.

Apostamos por el optimismo, la actitud positiva y la inteligencia emocional.

Buscamos y obtenemos resultados concretos. Perseguimos la mejora en aquellos aspectos específicos que nuestros clientes eligen desarrollar. Les hacemos reflexionar sobre sus fortalezas y carencias, les facilitamos que escojan ellos mismos las herramientas de mejora que consideren más adecuadas y les ayudamos a ponerlas en práctica.

 

Somos una empresa con más de 35 años de experiencia en entrenamiento, formación y desarrollo profesional.

Especialistas en multiplicar los resultados de las organizaciones a través del crecimiento del potencial de las personas y la mejora de sus relaciones.

Somos entrenadores. Huimos de la imposición dogmática por un gurú de una colección de teorías infalibles.

Apostamos por el optimismo, la actitud positiva y la inteligencia emocional.

Buscamos y obtenemos resultados concretos. Perseguimos la mejora en aquellos aspectos específicos que nuestros clientes eligen desarrollar. Les hacemos reflexionar sobre sus fortalezas y posibles mejoras, les facilitamos las herramientas que consideren más adecuadas y les ayudamos a ponerlas en práctica.

¿Qué
hacemos?

Te acompañamos en la transformación de hábitos para mejorar las relaciones y lograr así mejores resultados. Desde el primer día de entrenamiento y para toda la vida.

Por eso trabajamos soluciones a medida sin catálogos no productos enlatados.

Para ponerlo fácil hemos creado diferentes categorías que nos ayudan a ordenar mentalmente lo que podemos ofrecerte..

Todas nuestras
soluciones

Un líder 4.0 que optimiza el talento de su equipo, con iniciativa y muy creativo, tecnológicamente hábil, gestionando la diversidad e imaginando siempre algo mejor.

Comerciales del siglo XXI. Proactivos, orientados, hábiles en negociación, expertos en Neuroventas y en Social Selling. Muy focalizados en la venta consultiva y en lograr los objetivos.

Un colaborador comprometido, con autonomía y en constante desarrollo profesional y personal, y lleno de energía positiva.

Estudiamos el customer journey, definimos el mapa de empatía del cliente externo e interno y repasamos las mejores técnicas para atender quejas y reclamaciones de manera satisfactoria.

Una organización que tiene claro sus valores y un rumbo definido, que valora la diversidad y las personas, podrá pensar en algo mejor, transformarse y comunicarlo para poder sobrevivir.

Un equipo con comunicación continua, disfrutando en el logro del objetivo, pleno de confianza y con sus miembros co-creando y aprovechando sus sinergias. Un equipo sin miedo.

Gracias a diferentes métricas como el DISC o el EQ-i facilitamos a las personas una evaluación de sus habilidades emocionales y sociales para que sean conscientes de sus áreas de desarrollo y puedan entrenar sobre ellas. Se les aporta una visión equilibrada de su potencial para crecer tanto en el terreno profesional como en su vida personal.

Con el fin de integrar, implementar y aceptar cualquier proceso de transformación, diseñamos planes estratégico de comunicación y formación para la gestión del cambio, adaptado a la realidad de la compañía y sus trabajadores.

Por qué MRC

Lo que nos hace únicos. Nuestra esencia.
Más de 30 años de experiencia nos avalan.

Desde que decidimos iniciar esta aventura en 1.988 hemos trabajado para más de 3.000 empresas y hemos entrenado a más 80.000 profesionales.

Tenemos un espíritu joven y muy creativo.

Nos encantan los retos. Por eso siempre nos atrevemos con cosas nuevas que nos obliguen a seguir mejorando, incorporando nuevas metodologías y herramientas. Renovarse o morir. Esa es nuestra filosofía.

No hacemos cursos, somos entrenadores.

Nuestros entrenamientos son auténticas experiencias. Algunos lo llaman “pura magia». No nos gusta teorizar. Tampoco somos mucho de powerpoint. Somos más de pasar a la acción.

Nuestro entrenamiento está centrado en las personas.

Llevamos más de 30 años reivindicando el papel clave de las relaciones y la inteligencia emocional en las organizaciones. “Poner al empleado en el centro” ha sido siempre nuestro modo de actuar.

El sistema de intervalos. La piedra filosofal.
Los que nos conocen saben que tenemos un método de intervención infalible. ¿Quieres saber más? Entra en el apartado “Método MRC” de esta web y descúbrelo.
Nos emociona lo que hacemos.

Somos unos motivados y apasionados por nuestro trabajo. Y eso dicen que se transmite en todos nuestros entrenamientos. Quizás ese es uno de nuestros secretos para emocionar y lograr resultados tangibles entre nuestros participantes.

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¡Atrévete!

  Artículo escrito por @Ladislao Mollá, Socio – Director en MRC International People Training. Hace ya unos años, en uno de nuestros entrenamientos Javier, uno de los participantes, nos regaló un momento tan emocionante, que los que allí estábamos seguro que no hemos olvidado nunca. En una de las actividades programadas, cada uno de nosotros teníamos que contar al grupo un momento de superación en nuestra vida y, al final, enseñar algún artículo o documento que nos recordara ese éxito personal. El caso es que Javier nos contó como superó una dura acuafobia motivada por una caída en una piscina siendo niño; suceso que casi le costó la vida. Ese pánico al agua que desde entonces le dominó, le supuso no poder bañarse nunca en piscinas o playas, lo que durante su adolescencia y juventud le generó, como es de imaginar, un muy serio problema en sus relaciones sociales, amén de un alto coste en su autoestima, lo que todavía fue peor.   Pues ya con 24 años, Javier aplicando el título de esta reflexión -el ¡Atrévete! que tanto trabajamos en MRC- y de la mano de su mejor coach que era su madre, un día muy temprano se fueron los dos a la piscina municipal. Y allí, cuando aún no había llegado casi nadie, bajando por una de las escaleras en la parte que se hace pie, muy muy despacio y con un enorme trabajo mental y de respiración por parte de Javier, los dos juntos consiguieron en casi una hora atravesar andando los 25 metros de la anchura de la piscina. Y si ya su relato hasta ese momento resultó muy emocionante, el remate lo fue aún más cuando de su mochila Javier sacó los dos manguitos que, ese día y con sus 24 años, usó para superar su fobia; manguitos que aún conservaba como uno de los mejores recuerdos de su vida. Y, con el tiempo, fobia superada. Qué gran ejemplo el de Javier para estos tiempos complejos que estamos viviendo. Porque hoy día está más vigente que nunca la frase de Heráclito cuando dice que «Lo único constante en la vida es el cambio». Así que primero toca estar preparado para gestionar los cambios de hoy y, después, nunca mejor dicho, atreverse a tirarse a la piscina para superarlos con éxito.   Además, cuando tanto hablamos en el cambio de salir de tu zona de confort, debemos saber o recordar un principio del coaching muy bien explicado por Marco Basile en su recomendable libro El poder de tus creencias:   Entre tu zona de Confort y la de Pánico hay una intermedia de Aprendizaje en la que sucede la magia del cambio   Zona en la que, por cierto, hoy deberíamos estar siempre. Así que, siguiendo el ejemplo de Javier, me permito proponer cinco recomendaciones para activar nuestro particular ¡Atrévete! ante alguna situación que tengamos que superar: 1. Inspírate permanentemente en lo mucho que vas a ganar y que tanto te ilusiona conseguir. 2. Confía en tus posibilidades. 3. Decídete ya. Entra sin esperar más en tu Zona de Aprendizaje para ir después poco a poco. 4. Déjate ayudar sin complejo alguno por alguien cercano o por un profesional si lo necesitas. 5. Prémiate cualquier avance que consigas por pequeño que te parezca. Te lo mereces. Así que a ponerse los manguitos y a tirarse al agua que es lo que ahora toca… ¡Gracias Javier!

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Conversaciones difíciles

Artículo escrito por @Manel Reyes, Socio – Director en MRC International People Training. En cierta ocasión le dejaste dinero a un amigo que estaba pasando una mala racha. Tal vez te lo pidió o tú se lo ofreciste. En cualquier caso, lo hiciste de buen grado y dejando claro que cuando pudiese te lo debía devolver. Fueron pasando los meses y no solo no te lo ha devuelto, sino que nunca te ha hecho ninguna referencia sobre ello. Afortunadamente, no dependes de la cantidad que te debe, pero hubieses agradecido algún comentario tipo “aún no puedo devolvértelo” o algún gesto con alguna devolución parcial de la deuda. En consecuencia, notas que por este hecho vuestra relación se ha ido enfriando y te apetecen menos esos encuentros esporádicos que teníais antes… ¿Te suena haber vivido algo parecido? ¿Qué ocurre para que una conversación se convierta en una conversación difícil? Una conversación se transforma en difícil cuando sabes que deberías tenerla, pero te cuesta mucho afrontarla. Y esta dificultad radica en que pasa por delante el hecho de no herir a la otra persona, que nuestro derecho legítimo a compartir nuestra opinión al respecto o reclamar lo que es nuestro. En la mayoría de los casos, optamos por el silencio y dejamos que la relación se vaya enfriando. ¿Por qué tendemos a procrastinar? Porque lo que más nos preocupa es ¿cómo se lo digo para que no le sienta mal? El problema es que es una pregunta sin respuesta, porque por muy bien que se lo digamos hay una parte de su reacción que no controlamos. Y al no encontrar una solución, optamos por no decirlo. Mi propuesta es cambiar la pregunta anterior por la siguiente: ¿cómo se lo digo para que, aunque le siente mal, me lo acabe agradeciendo? Esta pregunta lo cambia todo porque pone de manifiesto un acto generoso por nuestra parte. A veces tenemos la generosidad mal entendida. Pensamos que lo generoso es no decirlo para no herirle, cuando en realidad lo generoso es decirlo para que lo solucionemos y nuestra relación no se diluya. Además, ponte en el lugar de la otra persona e imagina que no es consciente de que tú estás sufriendo por esta circunstancia, ¿preferirías que te lo dijesen, o que no? Una vez hemos decidido decirlo, debemos escoger muy bien el momento. Pensando en la otra persona, pero sobre todo en nosotros. Si estás muy enfadado/a no es el mejor momento, porque seguramente pasarás del silencio a la violencia y serás incapaz de seguir escrupulosamente los siguientes pasos. Para continuar, debemos escoger muy bien el tema del que vamos a hablar. Parece trivial, pero elegirlo bien es crucial. ¿Vamos a hablar de nuestra amistad resentida por este hecho? ¿De mi decepción? ¿De la deuda? ¿De su silencio? ¿De su cara dura? El tema es el eje sobre el va a pivotar toda la conversación. Mezclar diferentes temas significa mezclar conversaciones y genera mucha confusión. Una vez escogido el tema debemos exponerlo de un modo neutro, sin juicios de valor. No es lo mismo decir: “Quiero hablar contigo de los 500 euros que te presté hace seis meses” que “Me parece inconcebible que durante estos seis meses no me hayas hecho ninguna referencia a los 500 euros que te presté” En la segunda estamos juzgando. Además de exponer los hechos, añadir porque esta conversación es importante para nosotros. Por ejemplo “Creo que esto está afectando a mi relación contigo”. Narra lo que no pretendes “No quiero hacerte sentir incómodo” seguido de lo que pretendes “Solo necesito entender qué está pasando y encontrar una solución” Pon a prueba tu historia. Porque la emoción desagradable que estamos sintiendo no es consecuencia de lo que ha ocurrido, sino de la historia que hemos creado para explicar lo sucedido. Podemos llegar a confundir los hechos con nuestra narrativa sobre ellos. Lo que provoca nuestro malestar no son los hechos, insisto, sino la historia que hemos creado para explicarlos.  El modo correcto podría ser: “Espero que entiendas que me es relativamente fácil pensar que no piensas devolvérmelo, pero es posible que tengas otro motivo distinto y me gustaría conocerlo” Una vez hayamos contrastado ambas historias, e independientemente de si coinciden o no debemos hacer un pacto para solucionarlo: “Quisiera poner un plazo para que me lo devuelvas…” Es curioso que nos debamos sentir incómodos para reclamar algo que nos pertenece. El caso es que decirlo, tranquiliza nuestra alma. Cuesta, pero alivia. Aun así, preparémonos para gestionar una posible reacción victimista o culpabilizadora de nuestro interlocutor. Preparémonos para la posible decepción de perder 500 euros y a un amigo. Si llegamos a este caso, ojalá que no, seguro que algo habremos aprendido. Tal vez el precio de saber que aquel amigo, en realidad no lo era.      

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Fragmentos para escuchar mejor

Artículo escrito por @Robert Karro. A lo largo de los años he aprendido muchísimo de los demás sobre el arte de escuchar. Mis primeras experiencias surgieron al aprender y comprender lo que es un proceso de coaching, adquiriendo cada vez más experiencia en la escucha al aplicar la teoría. Hay dos personas muy especiales de las que he podido “afilar mi sierra” en “el arte de escuchar”. De hecho, la mayoría de lo escrito a continuación son ideas y pistas que ellos me han dado y que me han ayudado mucho a perfeccionar mi escucha. Estas dos personas son, sin duda, Jane Adshead-Grant y Bob Chapman Escuchar es una capacidad y una habilidad. Y es más bien como un campo minado con nuestra sola intención de ser entendido, en lugar de sentir las emociones de los demás para comprender bien lo que a ellos les impulsa. En otras palabras, estamos esperando el momento en que nuestro interlocutor tome una bocanada de aire para intervenir y tomar el relevo. Literalmente, estamos agachados listos para saltar y hablar. Si el otro hace lo mismo, ¿te imaginas el resultado? En nuestro mundo de interrupciones, multi-tasking y falta de tiempo, tenemos enormes dificultades para detenernos a reflexionar en vez de simplemente lanzar una respuesta reactiva. Sin embargo, si nos entrenamos para hacer una pausa y reducir la velocidad de respuesta, conectándonos con el otro, enviamos el mensaje que dice ‘tú me importas‘. Es posible que no estemos de acuerdo, incluso que estemos en desacuerdo, pero ambos podemos entendernos respetuosamente y trabajar en alternativas negociadas.  «Escuchar es comprender y validar, no juzgar ni discutir”. Esta es la mayor de todas las habilidades de liderazgo, en los negocios, en el hogar y en las comunidades. La mayoría de los planes de estudios educativos enseñan a hablar y debatir, pero la más importante de todas las habilidades de comunicación es la empatía. La escucha empática.  Esto, rara vez se enseña o incluso se considera. Y así ocurre que tenemos una sociedad en la que debatimos, argumentamos y juzgamos, pero no sabemos cómo entender o validar los puntos de vista de los demás. Escuchar no es hacer nada, es hacer algo. — y es algo muy activo y específico — al servicio de los demás«. -Bob Chapman Barry-Wehmiller Las investigaciones sugieren que pasamos hasta el 70 % de nuestro tiempo en el trabajo involucrado en la comunicación y, de ese porcentaje, el 45 % se dedica a escuchar. Si tienes un rol de liderazgo sénior, eso aumentará al 80%, escuchando para obtener nuevos conocimientos, tomar decisiones, involucrar a otros, generar nuevas ideas y aumentar el rendimiento. Y, sin embargo, los líderes principales que contribuyeron a la investigación se calificaron a sí mismos como oyentes promedio o pobres. La realidad es que solo el 2% de los líderes sénior invierten en desarrollar sus habilidades de escucha. Me encantaría que este articulo mejorara las estadísticas y que, tras su lectura, tomes las decisiones adecuadas para que profundices en tus habilidades de escucha como líderes de tu vida, tu trabajo, tu hogar y en tu comunidad. No nos convirtamos en una estadística de mala escucha, sino que mejor impactemos positivamente en nuestro ámbito de atención creando un entorno que diga ‘tú me importas’. Al ser un gran oyente, te conviertes en un gran aprendiz. Al ser un gran aprendiz, te conviertes en un líder aún mejor – Jane Adshead-Grant.  

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