Bienvenidos a MRC International Training
27 diciembre 2019 2023-03-01 12:12Bienvenidos a MRC International Training
Somos una empresa con más de 32 años de experiencia en entrenamiento y desarrollo profesional.
Especialistas en multiplicar los resultados de las organizaciones a través del crecimiento del potencial de las personas y la mejora de sus relaciones.
Somos entrenadores pero no, necesariamente, los mejores jugadores.
Nuestra filosofía no es la imposición dogmática por un gurú de una colección de teorías y recetas de actuación infalibles.
Apostamos por el optimismo, la actitud positiva y la inteligencia emocional.
Buscamos y obtenemos resultados concretos. Perseguimos la mejora en aquellos aspectos específicos que nuestros clientes eligen desarrollar. Les hacemos reflexionar sobre sus fortalezas y carencias, les facilitamos que escojan ellos mismos las herramientas de mejora que consideren más adecuadas y les ayudamos a ponerlas en práctica.
Somos una empresa con más de 32 años de experiencia en entrenamiento, formación y desarrollo profesional.
Especialistas en multiplicar los resultados de las organizaciones a través del crecimiento del potencial de las personas y la mejora de sus relaciones.
Somos entrenadores. Huimos de la imposición dogmática por un gurú de una colección de teorías infalibles.
Apostamos por el optimismo, la actitud positiva y la inteligencia emocional.
Buscamos y obtenemos resultados concretos. Perseguimos la mejora en aquellos aspectos específicos que nuestros clientes eligen desarrollar. Les hacemos reflexionar sobre sus fortalezas y posibles mejoras, les facilitamos las herramientas que consideren más adecuadas y les ayudamos a ponerlas en práctica.


¿Qué
hacemos?
Te acompañamos en la transformación de hábitos para mejorar las relaciones y lograr así mejores resultados. Desde el primer día de entrenamiento y para toda la vida.
Por eso trabajamos soluciones a medida sin catálogos no productos enlatados.
Para ponerlo fácil hemos creado diferentes categorías que nos ayudan a ordenar mentalmente lo que podemos ofrecerte..
Todas nuestras
soluciones
Un líder 4.0 que optimiza el talento de su equipo, con iniciativa y muy creativo, tecnológicamente hábil, gestionando la diversidad e imaginando siempre algo mejor.
Comerciales del siglo XXI. Proactivos, orientados, hábiles en negociación, expertos en Neuroventas y en Social Selling. Muy focalizados en la venta consultiva y en lograr los objetivos.
Un colaborador comprometido, con autonomía y en constante desarrollo profesional y personal, y lleno de energía positiva.
Estudiamos el customer journey, definimos el mapa de empatía del cliente externo e interno y repasamos las mejores técnicas para atender quejas y reclamaciones de manera satisfactoria.
Una organización que tiene claro sus valores y un rumbo definido, que valora la diversidad y las personas, podrá pensar en algo mejor, transformarse y comunicarlo para poder sobrevivir.
Un equipo con comunicación continua, disfrutando en el logro del objetivo, pleno de confianza y con sus miembros co-creando y aprovechando sus sinergias. Un equipo sin miedo.
Gracias a diferentes métricas como el DISC o el EQ-i facilitamos a las personas una evaluación de sus habilidades emocionales y sociales para que sean conscientes de sus áreas de desarrollo y puedan entrenar sobre ellas. Se les aporta una visión equilibrada de su potencial para crecer tanto en el terreno profesional como en su vida personal.
Con el fin de integrar, implementar y aceptar cualquier proceso de transformación, diseñamos planes estratégico de comunicación y formación para la gestión del cambio, adaptado a la realidad de la compañía y sus trabajadores.
Por qué MRC
Lo que nos hace únicos. Nuestra esencia.

Desde que decidimos iniciar esta aventura en 1.988 hemos trabajado para más de 3.000 empresas y hemos entrenado a más 80.000 profesionales.

Nos encantan los retos. Por eso siempre nos atrevemos con cosas nuevas que nos obliguen a seguir mejorando, incorporando nuevas metodologías y herramientas. Renovarse o morir. Esa es nuestra filosofía.

Nuestros entrenamientos son auténticas experiencias. Algunos lo llaman “pura magia». No nos gusta teorizar. Tampoco somos mucho de powerpoint. Somos más de pasar a la acción.

Nuestro entrenamiento está centrado en las personas.
Llevamos más de 30 años reivindicando el papel clave de las relaciones y la inteligencia emocional en las organizaciones. “Poner al empleado en el centro” ha sido siempre nuestro modo de actuar.


Somos unos motivados y apasionados por nuestro trabajo. Y eso dicen que se transmite en todos nuestros entrenamientos. Quizás ese es uno de nuestros secretos para emocionar y lograr resultados tangibles entre nuestros participantes.




OKRs, una solución para el teletrabajo
Artículo escrito por @FranciscoArteaga Business Coach en MRC International people training «El 56% de las empresas perderá personal si no ofrece teletrabajo…» Así rezaba el titular de CincoDías, dentro de la sección económica del diario El País, el pasado 22 de marzo. Este mismo diario, tan solo quince días antes, publicaba un artículo donde explicaba la experiencia de empresas como ING, Liberty Seguros o SAP manifestando que el teletrabajo había conseguido disminuir el número de peticiones de reducción de jornada a la mitad. La pandemia nos obligó a la mayoría, tanto desde el lado de las empresas como desde el lado del personal, a descubrir lo que significaba trabajar en remoto, con sus pros y sus contras. Lo que está claro es que este descubrimiento ha originado una polarización de los intereses entre la dirección de algunas empresas (vuelta a la presencialidad incondicional) y los de muchos de sus empleados (mantener una conciliación de vida personal y laboral gracias a disponer de un formato híbrido entre oficina y domicilio). Luego, dentro del debate sobre la mayor o menor productividad a la hora de trabajar en remoto, lo que está claro es que la clave de esta no depende de dónde se trabaje sino de cómo se trabaje. Aún hay muchas empresas que no trabajan verdaderamente orientadas a resultados, algunas no tienen sistemas de animación por objetivos o incluso no disponen de indicadores de negocio. Otras sí trabajan con métricas y objetivos, pero lo hacen funcionando como silos dentro de la misma organización. Y la vuelta a la presencialidad no garantiza ni que produzcan más ni que se asegure una mejor relación entre compañeros. Y de repente ha empezado a sonar con fuerza una metodología que favorece la orientación a resultados de una manera que compromete de manera intrínseca a las personas que la desarrollan, fomenta el trabajo en equipo alineando sus objetivos y permite conseguir resultados ambiciosos. Son los OKRs; los Objectives & Key Results. Esta metodología de establecimiento de objetivos resuelve la mayor parte de las inquietudes originadas por el auge del teletrabajo: Define el foco donde poner la atención y el esfuerzo de la organización. Asegura la coordinación de los equipos compartiendo objetivos. Fomenta la responsabilidad y la autonomía al ofrecer al equipo la decisión de elección de sus objetivos y resultados clave que más puedan impactar en el de la empresa. Garantiza el flujo de trabajo gracias a sus rutinas de reuniones (CFR,s) donde los equipos explican sus acciones y el avance de sus resultados. Facilita el trabajo en equipo al compartir objetivos de manera transversal. Se incentiva el establecimiento de objetivos ambiciosos. Con OKRs, la persona que está teletrabajando tiene unos objetivos definidos en un plazo concreto, muy ambiciosos de conseguir, y sobre los que regularmente debe compartir con sus compañeros el avance de sus resultados y tareas. OKRs le traslada la responsabilidad y el compromiso sobre sus objetivos y tareas y, además, le ayuda a conciliar trabajo y familia, a organizarse mejor y, en definitiva, a ser más feliz. Y acaso ¿no es eso lo que deseamos para nuestros equipos? Resultados extraordinarios y personas felices.

El capitalismo consciente ya está entre nosotros
Artículo escrito por @RobertKarro socio director en MRC International people training. En palabras de Gregory David Roberts no solo se trata de ganar dinero, sino cómo lo hacemos: Si no sentimos respeto por la forma en que ganamos dinero, este dinero no vale nada. Si no sirve para mejorar la vida de nuestras familias y seres queridos, no tiene propósito alguno. Este es el sentido que inspiró a John Mackey y Raj Sisodia, autores del Capitalismo Consciente. Por otro lado, Bob Chapman, quien desde la práctica ha desarrollado con éxito este pensamiento liberador de las empresas del siglo XXI, ha dejado su testimonio plasmado en su último libro Everybody Matters –Todo el mundo es importante -, cuya traducción al español ha sido patrocinada por MRC International people training. Bob Chapman ha demostrado que las empresas que ya han cambiado su mindset tiene un nuevo estilo de liderazgo, que no sólo tiene conductas de compromiso racional con su trabajo, sino que están emocionalmente ligadas a él y el resultado es contagioso. Sorprende que, con esta filosofía, la dignidad de la persona es primordial. Y sus resultados demuestran su eficacia: USD$ 3.000 millones de facturación con solamente 18.000 personas en 133 compañías, repartidas en 4 continentes. Capitalismo Consciente es servir a los demás. Todos los stakeholders son autoconscientes y saben cuáles son sus motivaciones y convicciones más profundas basadas en valores humanos intrínsecos. Los líderes conscientes tienen una alta inteligencia emocional, que no es más que una gran apertura de ingreso a los valores, propósitos y motivaciones más profundas. Es la que nos ayuda a encontrar el sentido de nuestra propia vida y trabajo. O sea, nuestro Propósito. Los líderes conscientes logran que la organización alcance sus propósitos superiores. Tal estilo de liderazgo no es un rasgo, es algo auténtico. Está acompañado con una certeza interior que mueve el corazón de todos los involucrados en la empresa. La inteligencia emocional permite ver el panorama general y cómo se interrelacionan las partes. Permite adelantarse a los acontecimientos y prevenirlos, los líderes son intuitivos y pueden planificar a largo plazo. No ponen parches a los síntomas, sino que van a la raíz de los problemas. Y se sienten en comunión con el entorno. ¿O acaso somos de una sustancia diferente del resto de la naturaleza? Una forma de desarrollar la inteligencia de sistemas consiste en comprender las leyes naturales y cómo se relacionan los seres vivos. Muchos lideres empresariales y políticos van de crisis en crisis y llegan a puntos críticos. Toman medidas drásticas, muchas veces sin éxito. Los líderes conscientes con visión y sentimientos panorámicos predicen, preparan y así, evitan la aparición de la mayoría de los problemas. Sin vocación de servicio no hay liderazgo. Los líderes conscientes saben que ayudar a los demás les genera más bienestar, crea valor para quien da y para quien recibe, y para el resto de la comunidad. Los líderes servidores asumen valores transpersonales como la bondad, la justicia, la verdad, el amor, la ilustración de los demás, porque los elevan a niveles superiores de consciencia. Los líderes conscientes son íntegros y esto supone hacer lo que está acorde con nuestros valores, incluso si supone un alto coste personal. Cuando los líderes aúnan su capacidad intelectual con su capacidad para ocuparse de los demás, más allá de ellos mismos, logran un poder real. Una organización llena de miedo es incapaz de crear e innovar. Desde el control y una actitud a la defensiva, no se producen grandes avances. El éxito consiste en mejorar el entorno y la sostenibilidad. Asumen la responsabilidad de cambiar las cosas, no fuerzan, inspiran y motivan para que sus colaboradores cambien por su propia iniciativa. Los líderes del futuro son emprendedores del sentido, según palabras de Raj Sisodia. Su sola presencia hace cuestionarnos la identidad y el propósito. Gardner ha descubierto que los buenos líderes cuentan tres tipos de historias: quien soy, quienes somos, a dónde vamos. Ayudan a sus colaboradores a crecer y a evolucionar, valoran los talentos y dones y les ayudan a desarrollar sus puntos fuertes para que puedan tener éxito. Las empresas crecen gracias a las personas y las personas se merecen también este crecimiento. Los lideres deben tomar decisiones morales. Es fácil optar entre dos opciones buenas. ¡El resto está servido! Cuidado con los lideres carismáticos. Se trata de predicar con el ejemplo, no de encantar y seducir. Los líderes carismáticos crean organizaciones que dependen de ellos, y pueden caer en la trampa de su egolatría. Un líder consciente sabe que está de paso, que su renuncia siempre está sobre la mesa, desde el momento que se incorpora a cualquier organización. ¿Pero sabes qué aportan los verdaderos líderes conscientes? Según John Mackey y Raj Sisodia su gran valor es crear culturas conscientes, basadas en la confianza en todas las instancias de la empresa, no sólo hacia el interior sino hacia la sociedad. ¿En qué se sustentan estas culturas? Responsabilidad: Cada persona de la empresa es responsable ante sí mismo, ante sus directivos, sus compañeros, los clientes, los proveedores, y la sociedad en general. Cuidado de los demás: Las culturas conscientes se comportan reflexiva y auténticamente con un alto sentido de la protección hacia los demás. Transparencia: No sólo en las conductas, sino en los libros de contabilidad. Porque los planes de mejora están asociados también a la mejora económica y cada quien debe saber hasta dónde puede llegar. Integridad: El amor a la verdad está por encima de todo, un error es aceptable siempre, el engaño nunca. Igualitarismo y lealtad: A todas las personas se las trata con dignidad y respeto, la política de puertas abiertas reemplaza al modelo de inaccesibilidad. Los agentes son leales entre sí y con la empresa. Algo se ha movido en medio de tanto desconcierto, y cómo dicen los autores del Capitalismo Consciente, este movimiento ya es tangible en muchas empresas, o al menos, se ven indicios de estos nuevos aires. Los valores no están reñidos con los resultados tan anhelados por

¿Por qué somos así?
Artículo escrito por @CesarDeLaPaz socio director en MRC International people training. El otro día me preguntó un amigo: ¿Por qué somos así? ¿A qué te refieres?, le contesté. Él se quedó callado un momento y con un gesto muy serio me explicó: A mi hijo le hacen rabiar los demás niños en el colegio todo el día. O al menos es lo que nos cuenta. No sé. Lo hemos comentado en el colegio, pero los profesores nos dicen que no han visto nada fuera de lo normal. Parece que tenemos que asumir que es normal que le estén tratando mal. El abuelo del niño, que es de otra época, dice que el niño se defienda y me imagino que se refiere a físicamente. Mi mujer opina que le cambiemos de colegio. Yo no sé qué hacer ni qué aconsejar a mi hijo. Le suelo decir que no haga caso. Que evite a los niños que le están acosando. El pobre me mira y asiente. No sé si realmente le sirven de algo mis consejos. Mi amigo estaba muy triste a esas alturas de su relato. Yo, sin saber tampoco qué decirle, le intenté animar. Ya pasará, le dije. Son rachas y etapas de la vida, seguro que sale adelante. Recurro al optimismo cuando no se me ocurre nada más. Me dio la impresión de que mi amigo esperaba algo más de mí. Reflexionando sobre esta historia y muchas más que todos conocemos muy similares, cabe preguntarse sin duda: ¿Por qué somos así? Evidentemente no es nada nuevo. Los hermanos se chinchan unos a otros. Todos compiten por ser el mejor y muchas veces, para lograrlo, no dudan en denostar a los otros hermanos o hermanas. No obstante, entre hermanos casi siempre hay un cariño o una empatía que equilibra esta competitividad. ¿Pero qué está pasando en los colegios? ¿Por qué el acoso a tantas niñas y tantos niños? ¿Qué les pasa a los acosadores? ¿Qué los lleva a machacar a los demás? ¿Es para sentirse mejores? ¿Aceptados? ¿Líderes? Puede haber muchas causas para tanta agresividad: Los niños están menos atendidos por sus padres -no tienen tiempo- y son más agresivos unos con otros por despecho, incluso para llamar la atención. El único valor real en el que les estamos educando hoy en día a los niños es en ser la mejor o el mejor, en lo que sea; o mejor en todo. El consumo excesivo estimula la insatisfacción y la necesidad de tener más y sobre todo mostrarlo más. Es el motor emocional de las sociedades desarrolladas. El comportamiento competitivo primitivo de los niños no está contenido por una autoridad, que ni padres ni educadores muy a menudo tenemos ya. Las redes sociales son un espacio perfecto para pavonearse y hacer daño a los demás. … y un sinfín de posibles causas más. El caso es que los niños de hoy en día están en modo competitividad. Ahora me gustaría trasladar esta reflexión a las organizaciones; al ámbito profesional. ¿Puede ser que la dimensión negativa de la competitividad esté también en la empresa? Teniendo en cuenta que la competitividad es una palanca de éxito para la consecución de resultados, es difícil posicionarse. Pero tenemos que ser objetivos. Enumero cinco de los comportamientos que sí veo que están presentes en las empresas y aunque nos cueste admitirlo, creo que no son precisamente positivos…ni tampoco rentables: La colaboración entre personas y departamentos en las organizaciones es deficitaria en muchas empresas. Prima el individualismo. La mentira -en todas sus versiones-, se usa con mucha frecuencia para sacar ventaja competitiva entre compañeros y por supuesto con clientes y proveedores. Las nuevas generaciones que se integran en las organizaciones en muchas ocasiones creen que sólo ellos son inteligentes y están actualizados. No muestran respeto, salvo el fingido para prosperar, ni fidelidad a la organización o a los demás. Las decisiones de muchas empresas están movidas por el cortoplacismo y el resultado a toda costa. Aspectos como la sostenibilidad o el medioambiente para muchas organizaciones, sólo son un maquillaje. Las barreras a la conciliación y la sobreexplotación laboral, hoy son muy comunes. Podría seguir enumerando… Muchos trivializan y consideran secundarias, iniciativas como reforzar los valores de la empresa y apostar por una cultura de trabajo en equipo. No entienden la importancia de una cultura de excelencia basada en la competencia con uno mismo y no contra los demás. Otros también se burlan de la importancia de buscar la mejora de la experiencia de empleado. Se burlan de los que entendemos que la empresa es un lugar en el que pasamos una parte importante de nuestra vida y por tanto su clima es clave para el bienestar de todas personas que la integran. Muchos de esos que se burlan, tienen a su hija y a su hijo sufriendo acoso competitivo en el colegio. No saben lo que hacer para ayudarles y se preguntan: ¿Por qué somos así?