La hija del mercader

La hija del mercader

Con el siguiente cuento pondremos a prueba el grado de creatividad que tienes. A ver si encuentrar la solución idónea para la situación siguiente: 

Un mercader le debía una gran suma de dinero a una persona que le hizo un préstamo. La fecha de pago venció y el mercader no contaba con dinero suficiente para solventar su deuda.  

El prestamista estaba enamorado de la joven y linda hija del mercader y le propuso un acuerdo. Le propuso al mercader que cancelaría la deuda si su hija se casaba con él.  

Tanto el mercader como su hija quedaron sorprendidos ante tal propuesta. 

Al ver la reacción, el prestamista les propuso entonces dejar la solución del caso a la suerte.  

Para eso, sugirió colocar una piedra blanca y otra negra dentro de una bolsa de dinero vacía; después, la muchacha debería tomar de la bolsa, sin ver, una de las dos piedras.  

De tal forma que si toma la piedra blanca, permanecería con el padre y la deuda se perdonaría. Pero si tomara la piedra negra se casaría con él.  

Por último, si se rehusaba a retirar la piedra, el padre seria encarcelado y ella moriría de hambre. El mercader tuvo que aceptar forzado.  

El prestamista se agachó para levantar las piedras del suelo y tratando de que nadie se diera cuenta tomo dos piedras negras y las colocó en la bolsa de dinero; pero fue visto por la muchacha.  

Le pidió entonces a la muchacha que retirara la piedra que indicaría no sólo su suerte sino también la de su padre.  

Una vez explicada esta situación, ¿qué crees que hará la hija del mercader? ¿podría salvarse de la situación de alguna manera? ¿Has pensado en la solución siguiente?: 

La muchacha del cuento metió la mano en la bolsa y tomo una piedra. Sin embargo, antes de que nadie la viera y fingiendo un descuido la dejó caer en el camino perdiéndose entre muchas otras que ahí se encontraban.  

Se disculpo y dijo: «Es muy fácil saber que piedra es la que tome, basta ver el color de la que se encuentra aún en la bolsa para deducir su color».  

Tomó la otra piedra de la bolsa, la mostró a todos para que vieran que era de color negro y digo con alegría «Entonces la que tomé era de color Blanco».  

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